Así fueron denominados por los griegos, puesto que poseían el secreto para producir tinte púrpura (phoínike). Pero en los anales de la historia los fenicios tienen un lugar asegurado como intrépidos navegantes de la Antigüedad. Crearon nuevas rutas mercantiles y, según la tradición, descubrieron el paso marítimo desde el actual Líbano hasta las lejanas islas británicas y las Azores, en el remoto Atlántico, más allá de los límites del mundo clásico. ¿Consiguieron llegar hasta América? No es éste el único enigma que se plantea acerca de los fenicios: ¿sacrificaban a los niños para los dioses, como parecen sugerir los últimos descubrimientos arqueológicos? A ellos se atribuye la difusión del alfabeto, que pasó luego a griegos y romanos. Su técnica en la elaboración de barcos y en la navegación fue empleada incluso por sus enemigos, y hay algunos aspectos relacionados con la construcción y la organización de sus impresionantes flotas que aún hoy sorprenden. La colonia de Cartago, en el norte de África, tomaría el relevo de las ciudades fenicias en el dominio del Mediterráneo hasta ser vencida por otra potencia en ascenso, Roma.
